PINTURAS RUPESTRES
Los estudios para conservar el arte milenario de las Cuevas de Oyola en Catamarca fueron reconocidos por la Cámara de Diputados, por su aporte para preservar el patrimonio cultural.
A fin de identificar los componentes de las pinturas rupestres de las Cuevas de Oyola, investigadores del Laboratorio de Especies Cristalinas de INTI-Química participaron de una exploración conjunta con la Escuela de Arqueología de la Universidad Nacional de Catamarca (UNCA) y el Instituto de Investigaciones sobre Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). En 2016 el trabajo fue declarado de interés nacional por la Cámara de Diputados.
“La investigación permitió conocer que las pinturas fueron realizadas con materiales locales, como yeso y arcilla. Además se detectaron diferentes preparaciones de pinturas en tonos rojos y blancos, lo cual supone complejas técnicas de elaboración y cierta diacronía en la confección de los motivos”, explica Lucas Gheco de la UNCA.
También se identificó la presencia de óxido de hierro en coloraciones rojizas, cactus, y oxalato de calcio en los pigmentos blancos –compuesto que pudo originarse como resultado del accionar de líquenes a lo largo del tiempo–. Esta última sustancia “si bien no permite datar las muestras, porque contiene Carbono 14 (que puede alterar los fechados), cumple una función crucial para la conservación de las pinturas porque actúa como una especie de barniz natural”, detalla Sol Ugarteche de INTI-Química, que conformó el equipo de trabajo junto a Rodrigo Álvarez, Andrés Ceriotti y Andrea Poliszuk.
“El próximo paso sobre este proyecto será buscar lo que ya no está, mayormente cargas orgánicas, sobre las rocas que ya no tienen pigmento pero lo tuvieron en algún momento”, anticipa Álvarez.
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